Fábula del escriba

También sin meditar suelen los árboles

tener claro su fin. Como cada materia

guarda memoria de su nada póstuma.

No es preciso pensar para decirse

–cada cual a sí mismo– adiós por dentro.

Con ver las hojas en otoño basta;

con ver la tierra allá a lo lejos, roja,

flotando en el abismo sin nosotros,

se aprende casi todo…

Fábula del escriba ha sido estructurado en tres partes: la primera, que da título al volumen, se interroga sobre la magia verbal y el misterio de la escritura poética, a la vez que recrea algunos de sus temas anteriores; la segunda, compuesta por «Diez pavanas», introduce una variación rítmica que le permite al autor un registro de entonaciones diferentes; la última, «Tiempo y trastiempo», ahonda en los enigmas del tiempo y la perplejidad de sus efectos, no sin cierta experimentación del lenguaje que proviene de sus propios motivos. El libro cierra con dos secuencias de apuntes líricos debidos a Jorge Silvestre.