Por Nelson Rivera, El Nacional.

Nada ocurre en vano. Hasta las rutinas y los pequeños eventos se asocian para dar forma a la existencia. Las cosas llegan para quedarse, seamos o no conscientes de ello: la vida se construye con las capas de aquello que se repite; la irrupción de imprevistos no deja nunca de rebotar en nuestra memoria; todo cuanto nos ocurre puede encontrar un lugar, impertinente o armónico, en lo que llamamos la experiencia de vivir. Bajo esa experiencia del vivir moroso, y de unos instantes “a los que se implora para que no terminen”, se configuró la vida de Wislawa Szymborska…

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