Por Luís Bagué Quílez, El País.
Es un secreto a voces que Mariano Peyrou (1971) posee una de las escrituras más personales y sorprendentes del panorama actual. Su nuevo libro, Niños enamorados, está más cerca de las ondulaciones perceptuales de Estudio de lo visible (2007) que de la implosión imaginativa de Temperatura voz (2010), dos obras que le permitieron escapar del infierno de las jóvenes promesas para ingresar en el limbo de las no tan jóvenes evidencias…
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