Por M- Ángeles Robles, EuropaSur.

Reconstruir el pasado es siempre un ejercicio de impostura. La memoria es sólo una coartada imperfecta. Los documentos oficiales, los alfileres que apuntalan un patrón deshilachado. Que el resultado sea fiel a la realidad, y a la vez creíble, depende de la habilidad del biógrafo para mantenerse encima de la cuerda floja: a un extremo, la verdad (¿y cómo dilucidarla?), al otro, lo verdadero…

Leer la reseña completa aquí