Por Andrés Pau, Levante, Posdata.
El 27de mayo de 1939, casi solo y casi olvidado, Joseph Roth moría en el hospital Necker de París unos meses antes de cumplir 45 años. Alcoholizado, pobre y convertido al catolicismo, murió soñando con la reconstrucción del Imperio Austro-húngaro como única posibilidad de acabar con el nazismo, que últimamente solía identificar con el Anticristo.
Conocido sobre todo por La marcha Radetzky,una de esas novelas centroeuropeas que de tan sólidas justifican un imperio y una civilización, la narrativa de Joseph Roth se sustenta en multitud de pequeñas obras maestras, con Hotel Savoy (1924) y La leyenda del santo bebedor (1938) en sus límites temporales. Asimismo, Joseph Roth firmó una ingente y poco conocida obra periodística, que ha sido traducida al español en algunas excelentes antologías.
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