Por Martín López-Vega, El País.

El premio Nobel de 1996 descubrió para el mundo a una poeta que muy pocos conocían fuera de Polonia, reacia a las entrevistas y que consideraba que confesarse públicamente equivalía a perder el alma. Wislawa Szymborska escribía unos poemas transparentes que miraban el mundo desde un ángulo nuevo que se encontraba del lado de dentro de los seres y las cosas…

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