Por Luis Antonio de Villena, El Mundo.
Seguro que algunos lo habrán pensado ya. Pero no viene mal repetirlo cuando la injusticia o la incorrección son tan vulgares y repetidas. Cuando en octubre de 1996 le dieron el Nobel de Literatura a una poeta polaca llamada -difícil leerlo- Wislawa Szymborska (fuera signitos diacríticos), en las redacciones y las editoriales pasó algo muy habitual: nadie sabía nada de esa señora…