Por José Ángel CillerueloClarín Nº 115 Enere-Febrero 2015.

Si Javier Lostalé (1942) fuera en lugar de poeta un compositor, El pulso de las nubes bien podría ser el título de una sonata para piano, estructurada en tres movimientos. El primero sería un adagio. El libro empieza con el tempo aletargado de quien toma conciencia de su soledad, el tiempo de quien «se consuma en la vigilia con pulso / de un hondo ser sin nadie». Estos poemas de voz solitaria trazan desde el principio su doble significación…

Leer la reseña completa aquí