Por José Manuel Gamboa, Babelia, El País, Madrid.
Imprevisible e inclasificable, Israel Galván es el bailaor más moderno siendo el más antiguo: deconstruye la tradición del flamenco para reconstruirla según su propio genio. Primero lo aplaudió Sevilla y, después, un sector intentó cargárselo, pero ya era tarde porque lo habían descubierto Francia y el mundo. Decimos el mundo y descontamos España, siempre tan singular y perra para consigo. Observen: el mismísimo Georges Didi-Huberman, historiador del arte, filósofo de chipé, tocaor en la intimidad, aplicó su aguda mirada al arte de Galván, conformandoel ensayo El bailaor de soledades y curiosamente una editorial madrileña rechazó su pronta traducción por llevar peligroso contenido: flamenco. La sagacidad del filósofo adelanta el futuro Galván, el bailaor de soledades, pronto estará ante el público danzando Solo (2010), en la únicacompañía del compás, la armonía y la melodía de su mente.
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