Sueños y cadáveres
Peso | 340,00 g |
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Autor |
Sueños y cadáveres podría ser definida como una novela histórica que versa sobre nuestro presente. Por lo tanto, tiene usted entre sus manos uno de esos libros en los que nunca pasa nada. De hecho, los dos máximos protagonistas de esta obra son un par de Veintegenarios absolutamente vulgares y anodinos –Lucio y Benjamín–, cuyos empleos –bedel y obrero del metal, respectivamente– invitan a aventurar que en sus vidas, de las que estas páginas constituyen un fiel reflejo, jamás podría suceder nada mínimamente interesante. Sin embargo, si ha sido usted lo suficientemente perspicaz como para comprender que su propia existencia podría ser descrita en idénticos términos, así como para adivinar que el autor de estas líneas es un mentiroso profesional –un escritor– que está tratando de embaucarle, existe la posibilidad de que no devuelva este ejemplar a su anaquel de origen. En tal caso –compra, robo o préstamo–, descubrirá usted una turbia historia desencadenada por la aparición de una novela enviada sin remite, por la reaparición de una conspicua novelista aficionada a las elipsis, y por la presencia de un ángel que pintó Paul Klee hace ya décadas. También puede que tengan algo que ver con esta trama unas cuantas canciones que quizás usted tampoco logre recordar. En consecuencia, si desea saber más al respecto, lo único que ha de hacer es comenzar la lectura de este ejemplar desde el principio. Aunque, antes, permítame hacerle partícipe de un buen consejo que nuestra Inquisición mandaba antaño imprimir sobre las portadas de los libros potencialmente peligrosos: cauta lege.