Frente a los cerrojos seguido de Puntos de referencia
Peso | 610,00 g |
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Autor |
Esta edición incluye la traducción por primera vez al español de dos obras de Henri Michaux, Face aux verrous (1951) y Poteaux d’angle (1981). Frente a los cerrojos es un libro misceláneo en el que se incluyen textos en verso y en prosa, así como ilustraciones. Puntos de referencia, contrariamente a Frente a los cerrojos, se trata de un texto unitario, formado por aforismos o sentencias, algunos con ecos ramonianos, otros intensamente líricos, en los que prevalece el tono humorístico y sarcástico, que subyace en toda su obra, pero que completa algunos de los capítulos de Frente a los cerrojos, también de carácter aforístico. En todos ellos está encerrada su muy peculiar percepción del mundo.
Aunque Michaux intenta permanecer al margen de cualquier moralización, sus agudas observaciones sobre la intención oculta de determinados comportamientos -la ira, el fracaso, la desidia- convierten a estos textos en una suerte de guía para orientarse en un mundo que él considera hostil y hecho definitiva y tajantemente por y para “los otros”.
Henri Michaux (Namur, 1899 – Paris, 1984) vivió en Bélgica hasta los 21 años, adoptó la nacionalidad francesa en 1955. La verdad es que a Michaux no le gustaba su país; ni la gente ni el paisaje. Por eso muy pronto huyó. Y lo hizo de manera drástica, embarcándose para Sudamérica, como grumete. Allí experimentó, volvió y ya en Europa, se instaló en París hasta el final de su vida. Michaux es un escritor (habría que decir un artista) enormemente complejo, que vivió y actuó muy de espaldas a las corrientes literarias de su época, aunque ellas no fueran indiferentes a su obra. Su literatura, contrariamente a lo que se pueda creer, está muy cerca de nosotros ya que, además de con Kafka (a quien por cierto Michaux leyó en español), está más relacionada con Borges (quien tradujo a Michaux) y, en alfunos aspectos, con Ramón Gómez de la Serna, en particular en su vertiente aforística y humorística, que con otros escritores de lengua francesa. Su estilo, además, entra en conflicto con los medios habituales de expresión artística; es un estilo muchas veces cruel, agresivo e insolente que atraviesa toda su obra, pictórica y escrita. Hay que leerlo para entenderlo.