Consolación de melancólicos
Peso | 160,00 g |
---|---|
Autor |
Tardamos demasiados años en darnos cuenta de que la libertad no existe, de que hay formas externas de libertad aparente, grados y calidades de libertad; pero la Libertad llamada así, con mayúsculas, de manera ampulosa, no existe, y, además, no sirve de nada. Bueno, para una cosa sí sirve la conquista de ciertas libertades: para perder la libertad.
El único estado parecido a la libertad, pero que tampoco lo es, sería la ausencia de necesidades, o también el poderse ver desde la distancia como si fuéramos otro. La libertad no existe y por eso se habla tanto de ella. Es un concepto al que se aspira, como la Sabiduría, como la Belleza, como la Verdad, como la Perfección. En teoría sólo Dios –o los dioses– es libre, y aun en esto hay controversias teológicas para explicar el control de Dios sobre la propia voluntad.
Para ser libres tendríamos que ser dioses, y ya sabemos lo que les pasó a nuestros primeros padres por esa aspiración soberbia. La libertad es como el amor, que tampoco existe, pero todos los jóvenes creen ser libres y estar enamorados. CONSOLACIÓN DE LOS MELANCÓLICOS trata de que las vidas ajenas, aunque lo parezcan, no son mejores que las propias, y de que mitos como la inteligencia, la libertad o el amor nos esclavizan y nos hacen infelices.
Francisco Bejarano (Jerez de la Frontera, 1945) es autor de varios libros de poesía, de los que en Antología (1969-1987) (Maillot Amarillo, Granada) se recoge una amplia selección. Por Las tardes (Renacimiento, Sevilla) obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1989. Ha publicado también La torre de marfil (Renacimiento), colección de artículos costumbristas de crítica social; Las estaciones (Pre-Textos), almanaque nostálgico de paso del tiempo; y Manual del lector y del escritor modernos (Renacimiento) sobre los vicios y extravagancias del mundo literario. Director de las revistas “Fin de siglo” y “Contamporáneos”, es en la actualidad director de la Fundación Caballero Bonald.