Casa de todos
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“Éste no es un cuaderno de haikus, aunque alguna haya en él. Hubiera querido serlo. Es, cuando más, una manifestación de ese deseo: un cuaderno de poemas breves. Pero el haiku fue su punto de partida y en torno a él, o a lo que de él le resultó accesible, gravita”, dice Orlando González Esteva. “No el haiku como forma poética sino como poética, que en el caso de este género de escritura, y a diferencia de lo que ocurre con las formas poéticas occidentales, casi supone una forma de vida. Quien insiste en el haiku no fatiga una estrofa: madura una forma de ser (…) Entre los haikus de Kobayashi Issa traducidos por Octavio Paz hay uno por el que siento predilección: “Maravilloso: / ver entre las rendijas / la Vía Láctea”. Más que un testimonio de perplejidad gozosa ante las relaciones entre lo mínimo y lo desmesurado, lo inmediato y lo remoto, el confinamiento y la suprema holgura, la intimidad y la infinitud, suele antojárseme una suerte de poética enraizada en ese género de relaciones. No conozco libertad creadora más gratificante que aquella que he experimentado a través de un sometimiento voluntario a las reglas más estrictas.”
Orlando González Esteva nació en Palma Soriano, Cuba, en 1952. Reside en Estados Unidos desde 1965. Entre sus libros de versos figuran “Mañas de la poesía” (edición de autor, 1981), “El pájaro tras la flecha” (Editorial Vuelta, 1988), “Fosa común” (Editorial Vuelta, 1996), “Escrito para borrar” (Ediciones La Palma, 1997) y “La Noche” (Galería Stampa, 2003). Ha publicado los siguientes ensayos de imaginación: “Elogio del garabato” (Editorial Vuelta 1994), “Cuerpos en bandeja” (Artes de México, 1998), “Mi vida con los delfines” (Trilce Ediciones 1998), “Amigo enigma: los dibujos de Juan Soriano” (Ave del Paraíso, 2000), y dos antologías: una de apuntes de José Martí, “Tallar en nubes” (Aldus, 1999), y otra de textos, de varios autores, dedicados a la capital cubana: “Concierto en La Habana” (Artes de México, 2000). “Hoja de viaje” (Pre-Textos, 2003) recoge sus versiones de haiku de Kobayashi Issa. “Elogio del garabato” y “Fosa común” fueron reunidos en un solo volumen y editados por Pre-Textos en 2004.
A finales de los años setenta, Eugenio Florit declaraba, refiriéndose a González Esteva: “entre todos los jóvenes poetas que cantan a Cuba -los de ahora, quiero decir- me parece el más hondo, el más sencillo, el más verdadero”.
Octavio Paz llamaría “pruebas de que el idioma español aún sabe bailar y cantar” las estrofas de “Mañas de la poesía”, y añadiría: “Aquellos poemas me impresionaron inmediatamente por su inventiva, su frescura, su desparpajo y su rigor. Lo más fácil y lo más difícil, como jugar tenis con pelotas que se vuelven pájaros, conejos y aviones diminutos. Juguetes vivos: andantes, cantantes y volantes”.