Por Javier Goñi, Divertinajes.com, Madrid.

Déjenme que les diga que Andrés Trapiello recibió una carta seis años antes de ser escrita, que le irritó, le sorprendió y tal vez le hizo reflexionar. A él, y a los agrimensores de esa cosa titánica, que son sus diarios, esa novela en marcha, el barullo de huellas dejadas en el piso de ese Salón de pasos perdidos, que comenzaron en 1990 con El gato encerrado: ha salido nueva edición en formato actual, más bonito, aunque a mí me gusta descargarme de mi biblioteca esta edición inicial.

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