Por Carlos Espinosa Domínguez, Cubaencuentro, Misisipi.

En su último libro en prosa, Orlando González Esteva descubre en seres y objetos de la realidad cotidiana detalles y aristas que, por la rutina, la costumbre y el uso, habían pasado inadvertidos.
Además de tener publicados seis excelentes poemarios (…), Orlando González Esteva cuenta en su bibliografía algunos libros inclasificables, que se resisten a ser etiquetados dentro de los géneros tradicionales. (…) A esos títulos se ha venido a sumar Los ojos de Adán (Pre-textos, Valencia, 2012, 224 páginas). Lo integran cincuenta artículos que originalmente vieron la luz entre junio de 2006 y junio de 2008, en la sección Espacios del diario El Nuevo Herald. Redactados como textos independientes, al ser recopilados en libro adquieren una asombrosa unidad. En la escueta Nota que aparece al final, González Esteva expresa acerca de ellos: “Nadie escribe como quiere sino como le es dado hacerlo o sospecha debe hacerlo, y solo acatando esa fatalidad puede hallarse algún sentido y hasta alguna dicha en la escritura.// No quise hacer periodismo; tampoco literatura; menos complacer a pocos o a muchos. Quise ser libre”.

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