Por Alberto Hernando, The Barcelona Review.

Falsamente acusado por su esposa de violencia doméstica, Lászlo Benedek está obligado a dejar con premura el domicilio conyugal. Apenas dispone de tiempo para recoger sus documentos, algo de ropa, varios libros y una máscara de yeso del rostro de su padre cuando era joven. Tras una reciente operación de próstata y ya cumplidos sesenta y tres años, la ruptura matrimonial deja a Benedek estupefacto y despojado de todo aquello que daba sentido a su vida…

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