Por Ricardo Martínez , Suma cultural.

“Sueñe lo que sueñe, siempre me quedo donde estoy” escribe Pessoa en este libro que, me temo, está condenado a ser eterno por cuanto no solo lleva manteniendo su perfecta vigencia para el pensamiento desde Maquetaci—n 1que ha sido escrito, sino que, con el pasar del tiempo, parecen ser más las voces autorizadas de los lectores que lo confirman.
Es un libro poliédrico, extenso e intenso. Es un libro hecho de sueños y de realidades concretas. Aquí parece que todo el ser humano (todo el interior del ser humano, pues él, el poeta, observa desde dentro) tiene lugar, tiene cabida. Al paso de su lectura, sea el pasaje que fuere (se trata de un libro elaborado esencialmente de pasajes, de fragmentos, si bien la conclusión es que se trata de un libro perfectamente unitario) cabe preguntarse si alguien, algún lector, podría llegar a plantearse: ¿pero, en verdad, podría decir que este fragmento, este pensamiento no hace alusión también a mí?…

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