Por Juan Carlos González García, La Voz del Sur.

Theodor Adorno nos dijo hace ya varias décadas que es imposible escribir poesía después de Auschwitz. Pero ante la barbarie, realmente, sólo nos queda eso, la poesía, la palabra. Aunque los fracasos de la civilización debilitan nuestro ánimo, en los libros de poesía o en los de filosofía hallamos ese horizonte de racionalidad y sensibilidad que jamás debemos perder de vista. Las heridas de los días y las miserias de la humanidad quizás no tengan remedio. Escribir, leer, pensar y crear son las únicas formas de frenar la desolación y la destrucción…

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