Por Redacción, Tu nombre en la portada.

En términos puramente estilísticos, se puede considerar La casa en París como una obra maestra de orfebrería. Cada detalle está cuidado hasta la exquisitez, cada situación está pulida hasta dejarla resplandeciente; parecería que cada palabra está tallada a conciencia. Pero conformarse con este prodigio de escritura sería perderse lo mejor, quedarse deslumbrado por el brillo del talento literario sin saber descifrar lo verdaderamente importante de la novela de Elizabeth Bowen…

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