Por Eva Soler, Levante, Posdata.

Más allá del culturalismo o de las posturas neonovísimas, se encuentra el nuevo poemario de Enrique Juncosa, distinguido por una construcción sobria y depurada que se filtra a través de una refinada sensibilidad au-tocontemplativa. Influido por dos modelos narrativos, la au-tobiografía y el diario de viajes, Bahía de las banderas emerge con el ritmo del sosiego y la ple-nitud, mediante unos versos es-tilizados, mínimos, elegantes, que traslucen una visión elegía-ca de la existencia, un nuevo ne-orromanticismo muy conscien-te de su propio discurso: «Me siento un ermitaño/ lejos de las voces de los amigos»…

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