Por Jesús Aguado, Revista Mercurio
Las nubes pasan. Nos lo contaron Kalidasa y Azorín, que convirtieron esa perogrullada en sensual poesía el primero y descarnada filosofía el segundo. Las nubes, además, nos ignoran cuando pasan, como afirma en este libro Javier Lostalé (Madrid, 1942) (…) Javier Lostalé ausculta esas nubes con sus sensibilidad acostumbrada (romántica, crepuscular, solitaria) y las convierte en poemas que tienen el corazón en un puño, que producen quemaduras en quienes se rozan con ellos y que contagian advenimientos y metafísicas asumibles.
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