Por Manuel Arranz, Letras Libres.

Decir a estas alturas de Jünger que fue uno de los testigos privilegiados del siglo XX, y que su obra constituye uno de los testimonios y análisis más penetrantes y lúcidos de los fenómenos que lo marcaron y definieron a la vez —el trabajo, la técnica, la guerra o el dolor, por citar los más conocidos—, no es decir nada nuevo evidentemente. Jünger se ha venido traduciendo al castellano de forma sistemática, en las extraordinarias versiones de Andrés Sánchez Pascual primero y de Enrique Ocaña después, de manera que podemos decir que ya disponemos del Jünger esencial…

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