Por Carlos Tongoy La medicina de Tongoy.
Mi silencio desde agosto clama al cielo. Me refiero a mi silencio sobre esta novela, que ha sido, sin lugar a dudas, una de las mejores lecturas del año. De este año. Y del anterior, y del anterior. Y del anterior.
Lo repetiré para los que leen demasiado rápido: NOVELÓN.
El hombre que amaba a los niños es mejor que buena. Es excepcional. No será el caso, porque todo es relativo, pero quisiérala, por aquello de hacerles a ustedes un inmenso favor, imprescindible o, si fuera posible, de obligada lectura…
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