Por Miguel Galván, El Caleidoscopio.

El libro sobre el que les voy a contar ha sido mi libro del verano. No es una historia sencilla, al contrario, es tan compleja como escalofriante, y tan sombría como densa: una cucharada amarga pero de trago inevitable una vez que comienzas a sorberlo. El hombre que amaba a los niños es una novela que merece ser leída, aún a riesgo de sufrir durante el proceso; sin embargo, al acabar, después de recobrar el pulso y volver a la realidad que te rodea, sentirás que te conoces más a ti mismo, y que el destino familiar es tan imponderable como inexplicable…

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