Por José Miguel G. Soriano, El Imparcial, Madrid.

“Quizá no sean estos tiempos que vivimos propicios para una historia romántica, pero sin duda lo son para dar cabida a la inteligencia y la sensibilidad ”, escribe José María Guelbenzu a propósito de El empleado (The hireling), uno de los principales títulos de la extensa obra narrativa del británico Leslie Poles Hartley (1895-1972), conocido por sus relatos breves de fantasmas y, para el público español, por la espléndida novela El mensajero (The go-between), llevada al cine por Joseph Losey en 1971, cuya frase inicial, “…el pasado es un país extranjero; allí las cosas se hacen de
manera distinta”, en referencia a la impropiedad de juzgar lo que hicieron nuestros antepasados con criterios de ahora, es bien conocida y ha llegado a hacerse proverbial.

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