Por Carlos Skliar, Continuidad De Los Libros.
Aún cuando transcurrimos buena parte de la vida con una brújula afinada, ojos tensos y garras extendidas, hallar la distinta lectura es una excepción y no una regla. Como si la búsqueda de un buen libro nos dejase delante de un laberinto, o de un acantilado infinito. Y es que encontrar un buen libro –y más aún: encontrar un buen libro de poesía- es demasiada tarea para uno solo y, aunque a veces ello sucede, se sabe que las lecturas que de verdad desgarran y conmueven llegan a nosotros de un modo indirecto -absolutamente desprovisto de señales- o como gestos de amistad…
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