Por Manuel Arranz, Levante, Posdata.

Si yo fuera un pintor abstracto, escribiría una novela abstracta. No la leería nadie, ya lo imagi-no, pero uno hace lo que puede. Si hubiera sido el pintor Andrea de Chirico, habría escrito las no-velas del novelista Alberto Savi-nio, esta Tragedia de la infancia, por ejemplo, aunque yo le ha-bría puesto otro título, pues no tiene nada de trágica, y la tra-gedia asusta a los lectores de hoy, bastante tenemos ya. Chi-rico, recuerdan, pintaba sus sueños, y Savinio, no sé si lo sa-bían, los escribía. Luego resul-taba que no habían sido sueños, que aquello había sucedido en realidad, antes o después del su-puesto, o imaginario, o real sue-ño, poco importa, y Chirico Sa-vinio, que como ya habrán adi-vinado era el mismo hombre, no sabía qué pensar…

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