El esquematismo abusivo en el trazado de las líneas formeras de una generación -en este caso, la generación del 50- suelen aliviarse en exceso de algunos valores aparentemente marginales, pero que, en realidad, son una parte sustancial del proceso lírico. Digo esto porque poetas como Luis Feria (Santa Cruz de Tenerife, 1927), que se situó ventajosamente en su momento, al obtener el premio Adonais del 61 con Conciencia y el premio Boscán con Fábulas de octubre en el 64, disuelve su voz en lo que podríamos llamar una constelación de época. Y, sin embargo, no ha hecho otra cosa que acendrarla.

Cuchillo casi flor es un libro esencial, y esencialista. Queremos decir que es puro y que, además, busca la pureza.

Ver reseña completa aquí