Por Pablo Javier Pérez López, El Norte de Castilla.
Cuando en mayo de 1994 José Ángel Valente tuvo que dar una charla a propósito de Pessoa en Lisboa se centró en un pasaje de el “Libro del desasosiego” que reza así: “Los clasificadores de cosas, que son aquellos hombres de ciencia cuya ciencia consiste solo en clasificar, ignoran en general, que lo clasificables es infinito y por lo tanto no se puede clasificar. Pero en lo que consiste mi pasmo es que ignoren la existencia de clasificables desconocidos, cosas del alma y de la cociencia que se encuantran en los intersticios del conocimiento”…
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