Hoy, como cada lunes, volvemos a presentaros un ejemplo de librería que, por su labor, su oferta y sus criterios propios, constituye una excepción en el panorama nacional e internacional de las librerías literarias.
El homenaje de hoy es para la venezolana librería Lugar Común, de Caracas, que pese a su corta trayectoria, pues cumplirá un año en diciembre, supone todo un caso de renovación librera para la ciudad americana.
Situada en la planta baja del edificio Humboldt, emblemático ejemplo de la arquitectura moderna de la Caracas de finales de los años cincuenta, la librería, con su estilo marcadamente contemporáneo, concebido por los arquitectos Maitena De Elguezabal y Guillermo Barrios, se halla sin duda a la altura del edificio que la hospeda.
Sus escaparates, que rinden homenaje a las máquinas de escribir en referencia directa al mundo de las letras, dejan entrever un espacio de depurado mobiliario blanco sobre unas paredes de fondo del mismo color que, junto a la acertada iluminación de reminiscencia industrial, confieren al espacio una sugerente atmósfera.
Con sus ciento sesenta metros cuadrados de superficie y dos pisos, las paredes de Lugar Común dan cabida a más de tres mil libros, un café, dos aulas para talleres, exposiciones de artistas y hasta un rincón pensado para los más pequeños de la casa.
Sus dueños, Rodrigo Blanco Calderón, Luis Yslas, Garcilaso Pumar, Alberto Morreo, y Rebeca Pérez Jerónimo, han sabido crear un ambiente distendido, un oasis cultural donde apuestan más por el confort del cliente que por la pura venta de libros.
Les gusta definirla como “librería de a pie” por su proximidad a una de las más transitadas estaciones de metro y porque, a diferencia de otros proyectos, se ubica a ras de calle y no en centros comerciales o culturales.
Pumar, unos de los fundadores, está convencido que la librería surge en un momento perfecto para el sector, ya que es indudable que el país está viviendo un resurgimiento cultural, acompañado de un aumento de los índices de lectura: “La sociedad venezolana ha vivido un proceso de intelectualización, que ha sido la manera de resistir a los años de oscuridad”, comenta.
Desde aquí, nuestros mejores deseos para la librería Lugar Común y para sus lectores.
Que tengáis buena lecturas…