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Hoy, como cada lunes, volvemos a presentaros un ejemplo de librería que, por su labor, su oferta y sus criterios propios, constituye una excepción en el panorama nacional e internacional de las librerías literarias.

El homenaje de hoy es para la española librería Leo, de Valencia, una librería que físicamente se encuentra muy cerca de la editorial, y que en sólo dos años de andadura ya se ha configurado como una referencia para muchos lectores, no únicamente del centro de la ciudad levantina.
Situada en la Rinconada de Federico García Sanchis, frente al palacio donde vivió de joven el poeta Juan Gil-Albert, y al muy conocido palacio del Marqués de Dos Aguas, la librería Leo es un espacio dedicado a la literatura y a todos aquellos que les gusta pasar un buen rato hablando de libros.
La idea surgió a partir de las charlas de unos amigos que, tras muchas tertulias sobre libros y literatura, decidieron arriesgar y abrir un espacio donde poder ofrecer lo que ellos buscaban y querían. Rememorando las reuniones de la desaparecida Academia de los Nocturnos, un grupo de escritores, intelectuales y poetas que se reunían una vez a la semana para leer ensayos, críticas, poesías y cuyos integrantes utilizaban apodos relacionados con la noche, como Secreto, Silencio, Sombra, Tinieblas, Vigilia, etc., Maite García, Julia Troncosa y Leopoldo Usán, los socios fundadores, dejan claro que una de las claves de su negocio es que, antes que libreros, se reconocen como lectores ávidos.
Fruto de ello, es el catálogo de libros que ofrecen, cuyo origen, en bastantes ocasiones, ha sido el boca oreja y la recomendación entre lectores, y que en la actualidad ha cuenta con más de 15.000 volúmenes de narrativa, poesía, ensayo, arte, novela gráfica o teatro.
“Nuestra idea es recuperar la figura del librero tradicional, que te recomendaba, que conocía tus gustos y con el que podías hablar”, explica Maite y por eso Leo basa su identidad en mantener con vida y estimular las raíces del librero: el contacto cercano, el intercambio y la conversación, ajenos a la nueva ola de librerías híbridas como las café-librerías, que al mismo tiempo que ofrecen libros siempre venden algo más.
Por eso Leo es la librería idónea para lectores con gusto e inquietudes que quieran compartir sus últimas lecturas, bibliófilos que adoren clasificar sus libros según las editoriales o para los que gusten de asistir a presentaciones de libros, mesas redondas, talleres, clubes de lectura y exposiciones fotográficas, que en su sede organizan.
Desde aquí, nuestros mejores deseos para la librería Leo y para sus lectores.
Que tengáis buena lecturas…