Hoy, como cada lunes, volvemos a presentaros un ejemplo de librería que, por su labor, su oferta y sus criterios propios, constituye una excepción en el panorama nacional e internacional de las librerías literarias.
El homenaje de hoy es para la colombiana librería Casa Tomada del barrio de Palermo de Bogotá, que en sólo un lustro de vida ya se ha establecido como una librería de referencia en el panorama de las letras colombianas.
Casa Tomada es una librería peculiar y sui generis ubicada en una casa tradicional, de techos altos, salones amplios, olor a madera y libros, muchos libros, tantos que la casa, como su nombre indica, está literalmente “tomada” por ellos.
Si os paseáis por Teusaquillo en busca de esta librería, cuyo nombre evoca irremediablemente al cuento de Cortázar, no esperéis encontrar un gran letrero que la anuncie, o elementos que desvelen el mundo interior que allí se cobija. Y es precisamente ésta la voluntad de su fundadora, Ana María Aragón, que ha querido expresamente que su interior brillara más que su exterior, en una analogía directa con los libros y la literatura de calidad, que ella aprecia y a los que da voz en su librería.
Os habrá costado un poco encontrarla, pero no dudéis, ahora llamad y entrad, que os encntraréis con diferentes espacios, un patio trasero donde poder disfrutar de un café ojeando algún libro, por entero si cabe; probad sus tortas, no os lo penséis dos veces; subid al piso de arriba, el ático, como lo llaman, y sumergíos en alguna de las numerosas tertulias, presentaciones de autores o clubes de lectura que allí suelen organizarse.
No será difícil que al poco tiempo os sintáis como en casa, la casa que todos tenemos dentro y de la que cada vez nos alejamos más. Una casa para estar en compañía, donde dejar de lado nuestra soledad de lectores y encontrarnos ante el mejor pretexto para reunirse: los buenos libros.
No dudamos de que gracias al gusto atento de Ana María Aragón y su esposo, Fabrizio Ciurlo, que lo han dispuesto todo, centímetro por centímetro, nada os molestará para que este lugar sea durante vuestra visita más que un simple negocio de libros y constituya toda una experiencia literaria para vuestros sentidos. No os precupéis, no os encontraréis con pilas y pilas de los mismos libros repetidos, como si de un mercado de fruta se tratara, sino que aquí más bien tendréis la oportunidad de dar con títulos selectos, verdaderas joyas de las mejores editoriales nacionales e internacionales.
Pero tened cuidado, la pasión por la letras de Ana María Aragón es contagiosa, ella considera que un buen librero es un prescriptor de lectura, y no simplemente alguien que cuida que no se roben libros o que está ahí para proporcionar el ejemplar que salió en las reseñas dominicales del algún periódico o que algún famosillo citó en algún programa de televisión. Si realmente te interesan aquellos títulos con abrumadoras campañas de marketing a sus espaldas, con cubiertas soeces, papel del malo y ediciones peores, pues mucho nos tememos que éste no sea el mejor lugar para tus peregrinaciones. Pero no desesperes, siempre habrá alguna gran superficie, un centro comercial cerca, donde poder satisfacer tus necesidades al amparo de una estantería de enlatados cárnicos, una bancada frigorífica repleta de calorías congeladas, y un mostrador de neumáticos y recambios para coches.
Pero claro, si eres es de éstos, con tan comunes preferencias, tampoco te pasarías por estos lares, por estos recovecos del facebook, desde donde escribimos, aunque si lo fueras, que lo dudamos, bienvenido seas, pues por una vez Facebook habrá servido de algo, ¡todavía queda esperanza para la humanidad!
Desde aquí, nuestros mejores deseos para la librería Casa Tomada y para sus lectores.
Que tengáis buena lecturas…