Hoy, como cada lunes, volvemos a presentaros un ejemplo de librería que, por su labor, su oferta y sus criterios propios, constituye una excepción en el panorama nacional e internacional de las librerías literarias.
El homenaje de hoy es para la emblemática librería peruana El Virrey de Lima, que este año celebra su cuarenta aniversario y que desde hace un par de años ha iniciado una nueva etapa después de casi 38 en el tradicional local de la calle Miguel Dasso, donde se ha consagrado como una de la mayores referencias culturales tanto del país, como de toda América.
Brunilda Viviana Koffler Añazco, su proprietaria, conocida por todos como Chachi Sanseviero, su nombre de “batalla”, uruguaya de nacimiento pero limeña de corazón, lleva cuarenta años en el Perú. Abandonó su país en 1973, con su esposo Eduardo Sanseviero, buscando otro donde exilarse, debido al hostigamiento y la represión que se vivía durante la dictadura de Bordaberry y los inicios del Plan Cóndor.
Sigue al frente de El Virrey, la librería que abrió nada más llegar a Perú con el amor de su vida, Eduardo, contra viento y marea junto a Malena, Walter, Carola y Paco, sus hijos; y sus cientos, miles de clientes se lo agradecen.
El Virrey, dado que Chachi y Eduardo nunca pudieron dejar de lado su quehacer político, desde el primer momento fue ya un convulsionado reducto de intelectuales, embajadores, políticos y periodistas de todas las latitudes. “Aquí, entre 1974 y 1980, se vivieron las emociones más increíbles. La prensa estaba cerrada a toda noticia independiente y El Virrey era el antro de reunión y de conspiración de todo el mundo.”
Chachi, librera de vocación, tiene muy claro cuál es el valor añadido de su librería y el rasgo que la diferencia de otras: “Yo sólo ejercí mi oficio de la mejor manera posible, dentro de mi concepto –¡ojo!–, porque mi oficio también me hubiera permitido vender best sellers, manuales escolares…” y añade: “Cualquiera de esas elecciones me hubiera dado para vivir, pero, por mi deformación universitaria y por mis lecturas, escogí –junto con Eduardo, obviamente– vender libros de fondo, libros de literatura buena, de ensayos buenos”.
Hoy, después de su mudanza, El Virrey vive una nueva etapa en una hermosa casona del barrio de Miraflores, un cambio que le ha permitido crecer tanto en superficie, con un espacio más amplio e iluminado, como en servicios, ya que cuenta con una cafetería donde los lectores pueden consultar tranquilamente la enorme oferta librera ante un buen refresco.
Desde aquí, nuestros mejores deseos y un feliz cuarenta aniversario para la librería El Virrey, y para sus lectores.
Que tengáis buena lecturas…