Hoy, como cada lunes, volvemos a presentaros un ejemplo de librería que, por su labor, su oferta y sus criterios propios, constituye una excepción en el panorama nacional e internacional de las librerías literarias.
El homenaje de hoy es para la española librería Hydria de Salamanca, fundada en 1980 en la que anteriormente fuera una tienda de cerámica cuyo rótulo se mantuvo probablemente pensando que una hidria (una pieza de cerámica de la Antigua Grecia usada para contener y transportar agua) era una buena metáfora para una librería que de la misma manera no es otra cosa que un contenedor, un “medio” de transporte, para otro bien tan preciado como el libro.
Los inicios de la librería Hydria no cabe duda de que fueron muy singulares, pues aunque hoy en día estemos acostumbrados a las librerías que al mismo tiempo son cafetería, galería de arte, tienda de música y sala de concierto, en los años ochenta una librería que fuera a la vez vivienda debía de ser algo totalmente extraordinario.
Como recuerdan en una reciente entrevista sus proprietarios, conocidos por todos como Suso y Sesé, y a quienes recientemente se ha añadido Rafa, “vivíamos un montón de gente, era una pequeña comuna” y cuando se trasladaron a la sede actual, ya con un sótano, sentían que “aquello ya era un lujo, imagínate, ya no teníamos que recoger las camas por la mañana antes de abrir”.
Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero el amor por los libros, el cuidado y el mimo hacia al lector-cliente han permanecido inmutables: “Estamos muy orgullosos de la clientela que tenemos, hay una señora que sigue viniendo a la librería, de toda la vida, tendrá noventa años.Viene en taxi (ahora es el hijo del taxista original el que la acerca), no quiere que le llevemos los libros a casa, y lo haríamos encantados. Lo haríamos de rodillas, vaya”.
La librería Hydria, con sus más de treinta años de actividad, ha demostrado ampliamente ser merecedora del reconocimiento general que sus lectores le brindan, y en un afán por mantenerlo vivo y proyectarlo hacia al futuro, recientemente ha renovado y ampliado su oferta cultural. El pasado més de febrero, tras semanas de muchos nervios, muchas dudas, y sobre todo mucho trabajo, abrió sus puertas la nueva Hydria, la Hydria de siempre pero más espaciosa, un lugar donde además de buenos libros, ahora se puede encontrar música y películas, y también disfrutar tranquilamente de un buen café en el nuevo espacio habilitado al fondo.
Desde aquí, nuestros mejores deseos para la nueva etapa de la librería Hydria y para sus lectores.
Que tengáis buena lecturas…