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Hoy, como cada lunes, volvemos a presentaros un ejemplo de librería que, por su labor, su oferta y sus criterios propios, constituye una excepción en el panorama nacional e internacional de las librerías literarias.

El homenaje de hoy es para la bonaerense librería Hernández, que con sus medio siglo de historia y sus más de 250.000 títulos de fondo, constituye todo un referente para muchos lectores de la ciudad de Buenos Aires.
La historia de la librería Hernadez está estrechamente ligada a algunos de los trágicos sucesos vividos en Argentina en el último medio siglo. Es increíble constatar cómo la historia reciente de Argentina puede contarse a través de los avatares de esta librería: para empezar, Damián Carlos Hernández, su fundador, fue encarcelado bajo la dictadura de Onganía en 1966. En enero de 1977 la librería fue cerrada casi durante un año por la dictadura del general Videla, su encargado fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo durante meses y su dueño tuvo que exiliarse en Uruguay hasta la reinstauración de la democracia, en diciembre de 1983. Damián Carlos Hernández falleció poco tiempo después de volver a su país, en 1987, pero su legado ha quedado preservado por su esposa e hijas, que siguen en el complicado arte de vender libros.
Son numerosas las historias sobre la librería Hernández que aún se oyen cuando clientes y amigos comentan su relación con los libros prohibidos por las dictaduras, las lecturas a escondidas o el miedo de poseer un volumen prohibido.
Hoy, y gracias también a “resistentes” como la librería Hernández, las cosas son distintas, y es posible disfrutar sin peligros de la enorme oferta cultural que nos proponen los siempre e increíblemente muy bien informados libreros que allí atienden.

Desde aquí, nuestros mejores deseos para la librería Hernández y sus lectores.

Que tengáis buena lecturas…