Por Tomás Rodríguez Reyes, trópico de la Mancha.
El caso de este escritor, Emmanuel Bove, se puede sumar a la estirpe de autores desconocidos y desvalorados en vida, pero reconsiderados con el paso del tiempo. Orillé a sus páginas tras la lectura de Vila-Matas; no en vano, la portada de El Doctor Pasavento es la foto que ahora extrapolo para que mis visitantes gocen de su enigmática pose en los Jardines de Luxemburgo, como no, en París.
He desarrollado el hábito de escribir todos los títulos que los autores desperdigan por sus libros. De esta forma, recurro a ese corpus para obtener todo un telar de tableros posibles de lectura. El caso de Bove se repite en varios libros de Vila-Matas y por eso acudí a la librería en busca de ese autor perdido y, eso sí, desconocido por completo para mí. Algo parecido me ocurrió no hace mucho con Robert Walser…
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